Me senté durante toda Judgment at Nuremberg, durante sus cuatro horas, y no me salí. Después pensé: ¿Por qué no me salí? ¿Por qué nadie se salió? La película es tan pretenciosa, tan falsa en su mensaje, tan sin estilo y tan pomposa como cualquier de las películas anteriores de Kramer.
Camino a casa no dejaba de pensar en estas cosas. Creo que fue Chabrol (el de Les Cousins) quien dijo que no había temas ni grandes ni pequeños, solamente hay grandes o pequeños directores. Uno podría añadir que, entre más pequeño el director, más grande el tema que escoge.
Y las actuaciones… Todos los personajes en las películas de Kramer podrían ser fácilmente intercambiables. No habría diferencia entre quién interpreta a quién, bajo la dirección de Kramer todos se vuelven iguales. Solamente están pronunciando las grandes palabras de ese gran pensador, de esa gran mente histórica y jurídica, Stanley Kramer.
Aún así me senté durante todo el asunto, mirando esas enormes imágenes poco imaginativas. Pero después, mientras caminaba por Broadway, me di cuenta: yo ya había visto esta película antes. Hay algo en ella, en su composición, en su ritmo, en su autoproclamado monumentalismo pomposo, que yo ya había visto en las estatuas de Mussolini, en los retratos de Stalin, en la arquitectura de Goebbels. Es exactamente lo mismo. Y si alguien necesita alguna explicación sobre por qué todos se quedaron ahí, en la Alemania nazi, escucharon todas las grandes mentiras y no hicieron nada, esta película es la explicación. Cualquier que pueda sentarse frente a Judgment at Nuremberg sin salirse de la función, cualquiera que se pueda dejar llevar por la pomposidad de Kramer, podría igualmente dejarse llevar por la pomposidad de cualquier absolutista.
Jonas Mekas falleció el pasado 23 de enero. Practicó el cine desde todas las aristas: fue espectador incansable y director, fue crítico y fundador de revistas, programador y distribuidor. Fundó la revista Film Culture y manejó el cine Anthology Film Archives por mucho tiempo. Como pequeño homenaje recuperamos cuatro de sus textos escritos durante el 59 y el 62 en la revista Village Voice.Estos textos hacen parte de una exhaustiva recopilación titulada Movie journal: the rise of new american cinema 1959 - 1971. Traducciones del editor.
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SOBRE EL CINE MONUMENTAL Y EL FASCISMO
Me senté durante toda Judgment at Nuremberg, durante sus cuatro horas, y no me salí. Después pensé: ¿Por qué no me salí? ¿Por qué nadie se salió? La película es tan pretenciosa, tan falsa en su mensaje, tan sin estilo y tan pomposa como cualquier de las películas anteriores de Kramer.
Camino a casa no dejaba de pensar en estas cosas. Creo que fue Chabrol (el de Les Cousins) quien dijo que no había temas ni grandes ni pequeños, solamente hay grandes o pequeños directores. Uno podría añadir que, entre más pequeño el director, más grande el tema que escoge.
Y las actuaciones… Todos los personajes en las películas de Kramer podrían ser fácilmente intercambiables. No habría diferencia entre quién interpreta a quién, bajo la dirección de Kramer todos se vuelven iguales. Solamente están pronunciando las grandes palabras de ese gran pensador, de esa gran mente histórica y jurídica, Stanley Kramer.
Aún así me senté durante todo el asunto, mirando esas enormes imágenes poco imaginativas. Pero después, mientras caminaba por Broadway, me di cuenta: yo ya había visto esta película antes. Hay algo en ella, en su composición, en su ritmo, en su autoproclamado monumentalismo pomposo, que yo ya había visto en las estatuas de Mussolini, en los retratos de Stalin, en la arquitectura de Goebbels. Es exactamente lo mismo. Y si alguien necesita alguna explicación sobre por qué todos se quedaron ahí, en la Alemania nazi, escucharon todas las grandes mentiras y no hicieron nada, esta película es la explicación. Cualquier que pueda sentarse frente a Judgment at Nuremberg sin salirse de la función, cualquiera que se pueda dejar llevar por la pomposidad de Kramer, podría igualmente dejarse llevar por la pomposidad de cualquier absolutista.
Más de Jonas Mekas:
Sobre Renoir y la belleza.
Cómo trascender el arte.
Sobre Marlon Brando y el romanticismo.
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Jonas Mekas falleció el pasado 23 de enero. Practicó el cine desde todas las aristas: fue espectador incansable y director, fue crítico y fundador de revistas, programador y distribuidor. Fundó la revista Film Culture y manejó el cine Anthology Film Archives por mucho tiempo. Como pequeño homenaje recuperamos cuatro de sus textos escritos durante el 59 y el 62 en la revista Village Voice. Estos textos hacen parte de una exhaustiva recopilación titulada Movie journal: the rise of new american cinema 1959 - 1971. Traducciones del editor.
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