Y entonces llega Le Déjeuner sur l'herbe(1959), de Jean Renoir, que no tiene ni gran trama, ni intrincadas aventuras, ni emociones impresionantes, y te lleva lejos y tú estás drogado con ella, mareado, borracho con la belleza misma.
Si alguna vez una película fue hermosa es Le Déjeuner sur l'herbe. Sus escenarios son hermosos. Sus paisajes, sus árboles, sus ríos. Y aún más: sus personas son hermosas. No es que sean simplemente hermosos para ver (que lo son), como Elizabeth Taylor; son hermosos desde dentro. Ellos irradian como las pinturas de Pierre Auguste Renoir irradian solo y esas pequeñas campanillas de risa. Jean Renoir siempre ha sido el director de lo bello en los actores. No hay nada feo en él. Alguna gente combate el mal con la bomba atómica, Renoir lo hace con la belleza. Y luego está todo esa juventud, toda esa frescura. Renoir nunca ha tenido grandes pretensiones con el cine, el arte. Siempre rompió las reglas, como uno de los personajes de sus primeros films, Boudu. Simplemente vive, canta, bromea, baila, merodea como un Kerouac borracho, en la hierba y en el bosque, y así lo ha hecho durante cuarenta años, siempre él mismo una Nueva ola, descubriendo la cámara por primera vez.
Lo que él dice es bello. Y la forma cómo dice las cosas es bello. ¿Qué importa de qué se trata la película, su tema, su argumento? Es sobre el amor, el sol, los árboles, las mujeres hermosas, un picnic en la hierba en verano. ¿Qué significa cualquier argumento en la vida y en el arte? Los detalles, las sutilezas, los matices son lo que importa. No lo que uno dice –Eres hermosa o Te amo– sino cómo uno lo dice. Es el estilo lo que importa, la manera cómo Renoir hace las cosas, cómo mira las cosas, siempre es ese cómo lo que es bello en Renoir y ese cómo lo que es su arte. Escucho que a los críticos no les gustó. ¿Quiénes son los críticos? A los críticos le gusta hablar de lo grande, ¡pobres cosas miopes! No ven la belleza incluso cuando está ahí.
Cuando me fui del cine (Paris Theatre) no quería ver las calles. Tampoco me atrevía a mirar profundo dentro de mí. Conduje en silencio a través de la noche de otoño y la oscuridad.
Jonas Mekas falleció el pasado 23 de enero. Practicó el cine desde todas las aristas: fue espectador incansable y director, fue crítico y fundador de revistas, programador y distribuidor. Fundó la revista Film Culture y manejó el cine Anthology Film Archives por mucho tiempo. Como pequeño homenaje recuperamos cuatro de sus textos escritos durante el 59 y el 62 en la revista Village Voice.Estos textos hacen parte de una exhaustiva recopilación titulada Movie journal: the rise of new american cinema 1959 - 1971. Traducciones del editor.
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SOBRE RENOIR Y LA BELLEZA
Y entonces llega Le Déjeuner sur l'herbe (1959), de Jean Renoir, que no tiene ni gran trama, ni intrincadas aventuras, ni emociones impresionantes, y te lleva lejos y tú estás drogado con ella, mareado, borracho con la belleza misma.
Si alguna vez una película fue hermosa es Le Déjeuner sur l'herbe. Sus escenarios son hermosos. Sus paisajes, sus árboles, sus ríos. Y aún más: sus personas son hermosas. No es que sean simplemente hermosos para ver (que lo son), como Elizabeth Taylor; son hermosos desde dentro. Ellos irradian como las pinturas de Pierre Auguste Renoir irradian solo y esas pequeñas campanillas de risa. Jean Renoir siempre ha sido el director de lo bello en los actores. No hay nada feo en él. Alguna gente combate el mal con la bomba atómica, Renoir lo hace con la belleza. Y luego está todo esa juventud, toda esa frescura. Renoir nunca ha tenido grandes pretensiones con el cine, el arte. Siempre rompió las reglas, como uno de los personajes de sus primeros films, Boudu. Simplemente vive, canta, bromea, baila, merodea como un Kerouac borracho, en la hierba y en el bosque, y así lo ha hecho durante cuarenta años, siempre él mismo una Nueva ola, descubriendo la cámara por primera vez.
Lo que él dice es bello. Y la forma cómo dice las cosas es bello. ¿Qué importa de qué se trata la película, su tema, su argumento? Es sobre el amor, el sol, los árboles, las mujeres hermosas, un picnic en la hierba en verano. ¿Qué significa cualquier argumento en la vida y en el arte? Los detalles, las sutilezas, los matices son lo que importa. No lo que uno dice –Eres hermosa o Te amo– sino cómo uno lo dice. Es el estilo lo que importa, la manera cómo Renoir hace las cosas, cómo mira las cosas, siempre es ese cómo lo que es bello en Renoir y ese cómo lo que es su arte. Escucho que a los críticos no les gustó. ¿Quiénes son los críticos? A los críticos le gusta hablar de lo grande, ¡pobres cosas miopes! No ven la belleza incluso cuando está ahí.
Cuando me fui del cine (Paris Theatre) no quería ver las calles. Tampoco me atrevía a mirar profundo dentro de mí. Conduje en silencio a través de la noche de otoño y la oscuridad.
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Más de Jonas Mekas:
Cómo trascender el arte.
Sobre el cine monumental y el fascismo.
Sobre Marlon Brando y el romanticismo.
Jonas Mekas falleció el pasado 23 de enero. Practicó el cine desde todas las aristas: fue espectador incansable y director, fue crítico y fundador de revistas, programador y distribuidor. Fundó la revista Film Culture y manejó el cine Anthology Film Archives por mucho tiempo. Como pequeño homenaje recuperamos cuatro de sus textos escritos durante el 59 y el 62 en la revista Village Voice. Estos textos hacen parte de una exhaustiva recopilación titulada Movie journal: the rise of new american cinema 1959 - 1971. Traducciones del editor.
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