Una conversación con los directores de Bixa Travesty, Claudia Priscilla y Kiko Goifman.
La película documental Bixa Travesty formó parte de la programación del festival de cine de Cartagena (FICCI), en el que ganó premio a mejor dirección documental. En esta ocasión, hablamos con sus directores Claudia Priscilla y Kiko Goifman, quienes contaron su experiencia de creación junto con la protagonista de la película: Linn da Quebrada.
Ustedes tienen la iniciativa de romper con la tradición del género documental a través de la creación-experimentación. Así, aun cuando el documental apuesta mucho a la observación, a compartir la intimidad de Linn da Quebrada, también crea imágenes con ella (con el uso del guante, por ejemplo). ¿Podrían contarnos un poco de este proceso colectivo de creación? ¿Cómo surgió su interés por trabajar con Linn da Quebrada y cómo fueron tomando las decisiones del trabajo colectivo?
CP: Kiko y yo estamos trabajando esa intersección entre documental y ficción. Entonces, es importante decir que esta película no es sobre, sino con Linn da Quebrada. Invitamos a Linn para hacer el guión juntos y ahí conversamos sobre cómo podría ser narrada la historia de Linn: las personas que a ella le gustaría que aparecieran, cómo quería ella misma aparecer en la película, y también discutimos sobre la creación conjunta de un guión que tuviera una línea ficcional.
KG: El interés de trabajar con Linn da Quebrada empieza con Claudia y después yo fui a un show de Linn y quedé encantado, era increíble; luego, sabiendo un poco más de su historia, decidimos hacer la película. Un punto importante de la idea del trabajo colectivo es que Linn ha trabajado en el guión y también en el montaje de la película. Ella vio más de cinco cortes de la película, por tanto, su participación es totalmente activa.
En el trabajo de Linn da Quebrada, el discurso, el uso del lenguaje, de la palabra, es fundamental. ¿Trabajaron una escritura de guión en conjunto? ¿cómo fue ese proceso? ¿qué temas/ideas pensaron resaltar de antemano?
CP: El trabajo de Linn pasa mucho por el cuerpo de ella, es una obra que atraviesa su cuerpo y en donde las palabras tienen un poder muy fuerte. Entonces, a mí me interesaba mucho esa obra que Linn crea subvirtiendo un ritmo que es el funky en Brasil (el cual es visto con malos ojos por la clase media, y que siempre coloca a la mujer en un lugar de objeto sexual). Ella lo subvierte y se coloca en ese lugar del macho alfa, con el fin de atacarlo. Aparte de esto, Linn aporta muchas cosas dentro de su obra que nos interesaban mucho, como hablar de transfobia, hablar de ese cuerpo nuevo, ese cuerpo nuevo, ese cuerpo político dentro de nuestra sociedad.
KG: Sin duda fue un trabajo colectivo, fue muy importante la participación de Linn da Quebrada, porque ella fue la persona que sugirió los personajes de la película; ella sugirió las locaciones, los encuentros… entonces fue un trabajo colectivo en el que apuntábamos a un mismo camino, en el que siempre se consideró importante el lenguaje, las palabras, lo cual está siempre presente en la música de Linn.
¿Cómo fue el proceso de recolección y selección de archivo para el documental?
CP: Linn da Quebrada es una persona que fue filmada, a lo largo de su vida, por una gran amiga suya: Nubia, quien sale en la película. Todo el material de archivo proviene del registro que ella realizó. Un día fuimos a la casa de Nubia para grabar esa escena y Linn, y todos nosotros, nos emocionamos mucho de ver la cantidad y la calidad del material que había. Tuvimos mucha suerte de trabajar con una generación que graba todo, todo el tiempo, todas las etapas de la vida: hay registros de la enfermedad de Linn, del cáncer que ella enfrentó, de las primeras performances, de Linn antes de ser cantante, cuando trabajaba con teatro y performance en el espacio público. Teníamos archivo en abundancia para la película.
KG: Cuando Claudia me invitó a hacer la película, la primera cosa que pensé fue: ¿por qué hacer una película de una persona tan joven, de solamente 26 años? Entonces dudé, pero luego de saber un poco más sobre la vida de Linn y sobre esa potencia del material de archivo -pues era una persona de 26 años con toda su vida registrada-, lo decidimos. Linn es una persona que, aun siendo joven, tiene una potencia muy grande.
¿Se podría decir que la película es en sí misma una iniciativa performativa?
CP: Sí, es una iniciativa performativa a través de un cuerpo político y de un cuerpo que actúa.
KG: Yo creo que sí en la medida en que la película tiene registros de shows, de performances, y todo eso está editado de una forma singular. Podemos decir que la película es una iniciativa performativa, ya que no solamente recoge testimonios, sino que la imagen es fundamental.
A través de la música y la performance, Linn da Quebrada se resiste y celebra como trans/travesti negra de las favelas de Brasil. Su arte tiene la intención de cuestionar el pensamiento de manera profunda y construir saberes partiendo de territorios comúnmente marginales, tanto corporales, como geográficos y políticos. ¿Qué podrían decir ustedes respecto a la comunidad que Linn representa en Brasil y la potencia de su música como “arma”?
CP: El nombre Linn da Quebrada tiene total sentido. Quebrada, en portugués, quiere decir: región fuera del centro, en el suburbio. Así pues, Linn vive en un suburbio, vive en una quebrada, y utiliza preguntas, palabras, la música, la moda que se consume en esos lugares, para llevarlas hacia el centro y esparcirlas por Brasil y ahora por el mundo.
Como ya dijimos, Linn tiene una fuerte relación con las palabras. La palabra “travesty” en Brasil, fue durante mucho tiempo, y todavía es, una palabra peyorativa, una palabra de un cuerpo abyecto, de un cuerpo que está fuera de la sociedad. El “travesty” es aún un gran tabú en Brasil. Linn se adueña de esa palabra y convoca a los travestys a celebrar en ese cuerpo, ese cuerpo que tiene trazos femeninos, pero que a su vez tiene pene. Ese cuerpo híbrido que puede ser nuevo, un cuerpo como el de las mujeres, pero que aún, como en el caso de Linn, no tiene prótesis.
La idea es celebrar otras vivencias que no sean lo que tiempo atrás la gente entendía como hombres o como mujeres. De este modo, la palabra “travesty” tiene una gran fortaleza en la obra de Linn. Hay otras artistas en Brasil que trabajan mucho esto, tanto la palabra “travesty” como la palabra “bixa” se van apropiando de un lugar de significación más positivo.
KG: Yo quiero complementar hablando sobre la relación entre Linn da Quebrada y la ciudad cosmopolita de São Paulo. Linn tiene y respeta mucho el saber de la periferia, de las márgenes, de las favelas. Pero también hay una conjunción interesante: Linn trae a colación la pregunta por lo que significa el centro. Ella realiza shows en toda la ciudad, con públicos diferentes. Entonces, su obra es también un arma que lleva el conocimiento de la periferia hacia el centro de la ciudad.
En la película vemos un poco de la vida privada de Linn: la relación con su madre, con su amiga de siempre Jup do Bairro, etc. ¿Cómo fue esa experiencia de compartir espacios tan íntimos?
CP: Era muy importante para nosotros, no hacer una película biográfica dentro de los aspectos formales, sino dar una visión de la construcción misma de Linn da Quebrada. La mamá de Linn vive en el interior de São Paulo. La trajimos para tener una conversación con ella y registrar esa relación entre madre e hija. En Brasil, esta suele ser una relación muy difícil: las familias generalmente expulsan al travesty de su casa, expulsan a las personas trans, expulsan a los gays de casa. Por esto, era muy importante mostrar esa relación positiva entre madre e hija.
Jup do Bairro es una gran amiga, una parceira creativa de Linn.Jup tiene un papel muy relevante en la película. Luego de tener la idea de hacer la película, quedamos encantados con Jup y conversamos con ella. En la película, ella pasa de ser una gran amiga a ser un poco villana. Jup estuvo de acuerdo y estuvo también dentro de la construcción de la película con nosotros.
KG: Se hace importante la pregunta por la madre cuando pensamos en el proceso colectivo para la realización del guión. Jamás le sugerimos a Linn tomar un baño con ella. Obviamente, esa fue una sugerencia de Linn, quien muestra la intimidad a partir de un punto de vista suyo. Ello refuerza nuestra idea del trabajo colectivo.
En la película vemos que Linn lucha contra el cáncer en una etapa de su vida. Contrario a lo que muchas personas viven, Linn se apropia y empodera mucho más de su cuerpo a partir de esta experiencia. ¿Cómo vieron ustedes ese proceso?
CP: Linn entiende el cuerpo y el diálogo como una sola cosa. Nosotros no estábamos con Linn en la época en la que sufrió de cáncer, las escenas son parte del material de archivo. Sin embargo, creo que durante el cáncer, ella percibe en principio su cuerpo sin potencias: un cuerpo flaco, un cuerpo frágil, un cuerpo que puede morir, y de allí es que ella adquiere fuerzas, de ahí adquiere potencia. Linn comprende muy bien su propia materia y los discursos que ella puede producir.
KG: Yo creo que la relación con el cáncer es muy potente en la película, claro que es una relación de dolor, pero también es una relación con un cuerpo performativo que necesita permanecer fuerte. Entonces, las experimentaciones que Linn hacía en el hospital, con su cuerpo, son experiencias muy radicales, muy fuertes, son la posibilidad de la vida.
¿Cuál ha sido la reacción de la audiencia? ¿Sienten que la película ha ayudado a la construcción de otros saberes y modos de resistencia respecto al género?
CP: La película ha sido muy bien recibida. Estuvimos en el festival de Berlín (Berlinale) y en el festival de Cartagena (FICCI). Yo creo que por la proximidad latina, la gente estaba muy emocionada durante las proyecciones y algunas personas hablaron de la posibilidad de que la película fuese una herramienta de ayuda. Yo considero que, aparte de ayudar a estos cuerpos, que creo es lo más importante, la película tiende a sensibilizar a otras personas que no conocen esta realidad, para que puedan pensar en estas resistencias como resistencias afirmativas.
KG: La película está empezando a participar en festivales. No hemos tenido una proyección aún en Brasil, con lo cual estamos muy ansiosos. Es importante que la película se haga sentir en Brasil. Durante las proyecciones, lo más importante es la iniciativa que surge de promover la discusión. Durante todas las proyecciones que hemos hecho, en las cuales luego surgieron debates, la audiencia ha estado interesada en saber más. Entonces, yo considero que es fundamental que una película tenga la posibilidad de hacer pensar a las personas.
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UNA CONVERSACIÓN CON CLAUDIA PRISCILLA y KIKO GOIFMAN
Una conversación con los directores de Bixa Travesty, Claudia Priscilla y Kiko Goifman.
La película documental Bixa Travesty formó parte de la programación del festival de cine de Cartagena (FICCI), en el que ganó premio a mejor dirección documental. En esta ocasión, hablamos con sus directores Claudia Priscilla y Kiko Goifman, quienes contaron su experiencia de creación junto con la protagonista de la película: Linn da Quebrada.
Ustedes tienen la iniciativa de romper con la tradición del género documental a través de la creación-experimentación. Así, aun cuando el documental apuesta mucho a la observación, a compartir la intimidad de Linn da Quebrada, también crea imágenes con ella (con el uso del guante, por ejemplo). ¿Podrían contarnos un poco de este proceso colectivo de creación? ¿Cómo surgió su interés por trabajar con Linn da Quebrada y cómo fueron tomando las decisiones del trabajo colectivo?
CP: Kiko y yo estamos trabajando esa intersección entre documental y ficción. Entonces, es importante decir que esta película no es sobre, sino con Linn da Quebrada. Invitamos a Linn para hacer el guión juntos y ahí conversamos sobre cómo podría ser narrada la historia de Linn: las personas que a ella le gustaría que aparecieran, cómo quería ella misma aparecer en la película, y también discutimos sobre la creación conjunta de un guión que tuviera una línea ficcional.
KG: El interés de trabajar con Linn da Quebrada empieza con Claudia y después yo fui a un show de Linn y quedé encantado, era increíble; luego, sabiendo un poco más de su historia, decidimos hacer la película. Un punto importante de la idea del trabajo colectivo es que Linn ha trabajado en el guión y también en el montaje de la película. Ella vio más de cinco cortes de la película, por tanto, su participación es totalmente activa.
En el trabajo de Linn da Quebrada, el discurso, el uso del lenguaje, de la palabra, es fundamental. ¿Trabajaron una escritura de guión en conjunto? ¿cómo fue ese proceso? ¿qué temas/ideas pensaron resaltar de antemano?
CP: El trabajo de Linn pasa mucho por el cuerpo de ella, es una obra que atraviesa su cuerpo y en donde las palabras tienen un poder muy fuerte. Entonces, a mí me interesaba mucho esa obra que Linn crea subvirtiendo un ritmo que es el funky en Brasil (el cual es visto con malos ojos por la clase media, y que siempre coloca a la mujer en un lugar de objeto sexual). Ella lo subvierte y se coloca en ese lugar del macho alfa, con el fin de atacarlo. Aparte de esto, Linn aporta muchas cosas dentro de su obra que nos interesaban mucho, como hablar de transfobia, hablar de ese cuerpo nuevo, ese cuerpo nuevo, ese cuerpo político dentro de nuestra sociedad.
KG: Sin duda fue un trabajo colectivo, fue muy importante la participación de Linn da Quebrada, porque ella fue la persona que sugirió los personajes de la película; ella sugirió las locaciones, los encuentros… entonces fue un trabajo colectivo en el que apuntábamos a un mismo camino, en el que siempre se consideró importante el lenguaje, las palabras, lo cual está siempre presente en la música de Linn.
¿Cómo fue el proceso de recolección y selección de archivo para el documental?
CP: Linn da Quebrada es una persona que fue filmada, a lo largo de su vida, por una gran amiga suya: Nubia, quien sale en la película. Todo el material de archivo proviene del registro que ella realizó. Un día fuimos a la casa de Nubia para grabar esa escena y Linn, y todos nosotros, nos emocionamos mucho de ver la cantidad y la calidad del material que había. Tuvimos mucha suerte de trabajar con una generación que graba todo, todo el tiempo, todas las etapas de la vida: hay registros de la enfermedad de Linn, del cáncer que ella enfrentó, de las primeras performances, de Linn antes de ser cantante, cuando trabajaba con teatro y performance en el espacio público. Teníamos archivo en abundancia para la película.
KG: Cuando Claudia me invitó a hacer la película, la primera cosa que pensé fue: ¿por qué hacer una película de una persona tan joven, de solamente 26 años? Entonces dudé, pero luego de saber un poco más sobre la vida de Linn y sobre esa potencia del material de archivo -pues era una persona de 26 años con toda su vida registrada-, lo decidimos. Linn es una persona que, aun siendo joven, tiene una potencia muy grande.
¿Se podría decir que la película es en sí misma una iniciativa performativa?
CP: Sí, es una iniciativa performativa a través de un cuerpo político y de un cuerpo que actúa.
KG: Yo creo que sí en la medida en que la película tiene registros de shows, de performances, y todo eso está editado de una forma singular. Podemos decir que la película es una iniciativa performativa, ya que no solamente recoge testimonios, sino que la imagen es fundamental.
A través de la música y la performance, Linn da Quebrada se resiste y celebra como trans/travesti negra de las favelas de Brasil. Su arte tiene la intención de cuestionar el pensamiento de manera profunda y construir saberes partiendo de territorios comúnmente marginales, tanto corporales, como geográficos y políticos. ¿Qué podrían decir ustedes respecto a la comunidad que Linn representa en Brasil y la potencia de su música como “arma”?
CP: El nombre Linn da Quebrada tiene total sentido. Quebrada, en portugués, quiere decir: región fuera del centro, en el suburbio. Así pues, Linn vive en un suburbio, vive en una quebrada, y utiliza preguntas, palabras, la música, la moda que se consume en esos lugares, para llevarlas hacia el centro y esparcirlas por Brasil y ahora por el mundo.
Como ya dijimos, Linn tiene una fuerte relación con las palabras. La palabra “travesty” en Brasil, fue durante mucho tiempo, y todavía es, una palabra peyorativa, una palabra de un cuerpo abyecto, de un cuerpo que está fuera de la sociedad. El “travesty” es aún un gran tabú en Brasil. Linn se adueña de esa palabra y convoca a los travestys a celebrar en ese cuerpo, ese cuerpo que tiene trazos femeninos, pero que a su vez tiene pene. Ese cuerpo híbrido que puede ser nuevo, un cuerpo como el de las mujeres, pero que aún, como en el caso de Linn, no tiene prótesis.
La idea es celebrar otras vivencias que no sean lo que tiempo atrás la gente entendía como hombres o como mujeres. De este modo, la palabra “travesty” tiene una gran fortaleza en la obra de Linn. Hay otras artistas en Brasil que trabajan mucho esto, tanto la palabra “travesty” como la palabra “bixa” se van apropiando de un lugar de significación más positivo.
KG: Yo quiero complementar hablando sobre la relación entre Linn da Quebrada y la ciudad cosmopolita de São Paulo. Linn tiene y respeta mucho el saber de la periferia, de las márgenes, de las favelas. Pero también hay una conjunción interesante: Linn trae a colación la pregunta por lo que significa el centro. Ella realiza shows en toda la ciudad, con públicos diferentes. Entonces, su obra es también un arma que lleva el conocimiento de la periferia hacia el centro de la ciudad.
En la película vemos un poco de la vida privada de Linn: la relación con su madre, con su amiga de siempre Jup do Bairro, etc. ¿Cómo fue esa experiencia de compartir espacios tan íntimos?
CP: Era muy importante para nosotros, no hacer una película biográfica dentro de los aspectos formales, sino dar una visión de la construcción misma de Linn da Quebrada. La mamá de Linn vive en el interior de São Paulo. La trajimos para tener una conversación con ella y registrar esa relación entre madre e hija. En Brasil, esta suele ser una relación muy difícil: las familias generalmente expulsan al travesty de su casa, expulsan a las personas trans, expulsan a los gays de casa. Por esto, era muy importante mostrar esa relación positiva entre madre e hija.
Jup do Bairro es una gran amiga, una parceira creativa de Linn. Jup tiene un papel muy relevante en la película. Luego de tener la idea de hacer la película, quedamos encantados con Jup y conversamos con ella. En la película, ella pasa de ser una gran amiga a ser un poco villana. Jup estuvo de acuerdo y estuvo también dentro de la construcción de la película con nosotros.
KG: Se hace importante la pregunta por la madre cuando pensamos en el proceso colectivo para la realización del guión. Jamás le sugerimos a Linn tomar un baño con ella. Obviamente, esa fue una sugerencia de Linn, quien muestra la intimidad a partir de un punto de vista suyo. Ello refuerza nuestra idea del trabajo colectivo.
En la película vemos que Linn lucha contra el cáncer en una etapa de su vida. Contrario a lo que muchas personas viven, Linn se apropia y empodera mucho más de su cuerpo a partir de esta experiencia. ¿Cómo vieron ustedes ese proceso?
CP: Linn entiende el cuerpo y el diálogo como una sola cosa. Nosotros no estábamos con Linn en la época en la que sufrió de cáncer, las escenas son parte del material de archivo. Sin embargo, creo que durante el cáncer, ella percibe en principio su cuerpo sin potencias: un cuerpo flaco, un cuerpo frágil, un cuerpo que puede morir, y de allí es que ella adquiere fuerzas, de ahí adquiere potencia. Linn comprende muy bien su propia materia y los discursos que ella puede producir.
KG: Yo creo que la relación con el cáncer es muy potente en la película, claro que es una relación de dolor, pero también es una relación con un cuerpo performativo que necesita permanecer fuerte. Entonces, las experimentaciones que Linn hacía en el hospital, con su cuerpo, son experiencias muy radicales, muy fuertes, son la posibilidad de la vida.
¿Cuál ha sido la reacción de la audiencia? ¿Sienten que la película ha ayudado a la construcción de otros saberes y modos de resistencia respecto al género?
CP: La película ha sido muy bien recibida. Estuvimos en el festival de Berlín (Berlinale) y en el festival de Cartagena (FICCI). Yo creo que por la proximidad latina, la gente estaba muy emocionada durante las proyecciones y algunas personas hablaron de la posibilidad de que la película fuese una herramienta de ayuda. Yo considero que, aparte de ayudar a estos cuerpos, que creo es lo más importante, la película tiende a sensibilizar a otras personas que no conocen esta realidad, para que puedan pensar en estas resistencias como resistencias afirmativas.
KG: La película está empezando a participar en festivales. No hemos tenido una proyección aún en Brasil, con lo cual estamos muy ansiosos. Es importante que la película se haga sentir en Brasil. Durante las proyecciones, lo más importante es la iniciativa que surge de promover la discusión. Durante todas las proyecciones que hemos hecho, en las cuales luego surgieron debates, la audiencia ha estado interesada en saber más. Entonces, yo considero que es fundamental que una película tenga la posibilidad de hacer pensar a las personas.
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